lunes, 13 de julio de 2015

Zagreb, capital croata

Era domingo y después de haber pasado un lindo finde en Zadar, teníamos que ir a la capital para de una vez por todas conseguir las bicis.
Habíamos averiguado el bondi pero al hablar y ver como se movía el coreano cantor, nos sedujo la idea de hacer dedo para llegar a Zagreb. Calzamos los bolsos en la espalda y con indicaciones de Zoran nos fuimos a la ruta. Solo 20 minutos habían pasado y paró un auto manejado por un tipo un poco mas grande que nosotros, Ivan, que casualmente laburaba en la estación de servicio en la cual minutos antes habíamos preguntado cual era la ruta correcta, nos dijo que no iba para Zagreb pero nos podía alcanzar hasta el pueblo donde el vivía,  a unos 30km de donde estábamos. Entusiasmados con descontar unos cuantos kilómetros de los 270 que separaban a Zadar de Zagreb, nos subimos sin pensarlo. Durante el viaje, Ivan nos pregunto acerca de Argentina y nos contó que en Croacia, fuera de lo que es el turismo, no se estaba pasando un buen momento económico. Nos contó que el tenía 3 laburos y con eso apenas le alcanzaba para llegar a fin de mes.
Pasaron los 30 km y cuando nos acercamos a un puente en donde hacían bungge jumping, Ivan paró y nos dijo que ahí nos iba a ser muy fácil que alguien nos lleve a la capital.
Bajamos y después de unos minutos nos dimos cuenta que no iba a ser muy fácil porque no pasaban muchos autos, fue ahí cuando un pelado piola se nos acercó y nos contó que esa ruta no se utilizaba mucho para ir a la capital. Ahí empezó nuestro deambuleo, viendo el mapa encontramos la autopista que iba directo a nuestro destino y estaba a unos kilómetros del puente, así que fuimos pensando que nos iba a resultar mas fácil hacer dedo.Llegamos hasta una casilla de peaje a la entrada de la autopista y ahí esperamos un buen rato para, sin éxito, retornar al bendito puente. Ya sin ganas y sabiendo que aunque "el piola" Ivan había querido hacer una buena acción, nos había dejado clavados en el puentecito en medio de la nada. Decidimos cruzar de vereda, esperar algún auto que vaya a Zadar y volver para desde allí ir en bondi para no perder mas tiempo, y llegar el lunes a comprar todo lo que necesitábamos.
Esperamos un rato y un señor nos levantó, asombrado que dos argentinos estén en ese lugar, nos llevó de nuevo a la ciudad del órgano de mar, y en el camino nos contó que iba a ser muy difícil llegar a dedo a Zagreb porque era el final de un fin de semana largo y todos retornaban con el auto cargado a la capital luego de unos días en la costa.
Allí y sin perder tiempo, tomamos el primer bondi que salia a Zagreb.
Cuando por fin llegamos a la capital, ciudad que estaba al norte del país y atravesando montañas, pusimos en marcha el plan que ya teníamos ideado, averiguamos como llegar a un Decathlon (un estilo de hipermercado únicamente de deportes) y allá fuimos.
Después de un tranvía y un bondi llegamos. Rápidamente conseguimos todo lo que buscábamos y también lo mas importante y anhelado, las bicis!
Después de probar las bicis y conocer un poquito mas Zagreb fuimos a la estación de trenes para tomar un tren a Split y allí empezar a pedalear. Al contrario de Zadar, la capital si tenia algunos trenes a distintas ciudades, pero parece que el destino no quería que nos tomaramos un tren en Croacia, chochos con las bicis y esperando en el anden que decía el boleto, esperamos tranquilos el tren, hasta que se hicieron las 21:30 hora de salida, y ni noticias del tren a Split. Ya no tan tranquilos y después de unas cuantas averiguaciones nos dimos cuenta que el tren mágicamente se había convertido en autobús, No pregunten porque pero el tren nunca vino y nos dijeron que en vez de tren nos íbamos en bondi, lo cual para la mayoría era buena noticia ya que demoraba menos tiempo, pero para nosotros significaba llegar a la madrugada y ver donde dormíamos. Sin todavía entenderlo y con nuestros pasajes de tren subimos los bolsos y las bicis al bendito bondi y nos fuimos para Split.

No hay comentarios:

Publicar un comentario