sábado, 18 de julio de 2015

Se acabo la gilada... a pedalear!

Nos levantamos tipo 8, estábamos en un acantilado al lado del mar adriático con vista a las interminables islas croatas, sabíamos que ese día no iba a ser otro día mas de estos 3 meses y medio que venimos viajando, si no, que era el día en que arrancaba otro tipo de viaje, uno que poca gente nos creía capaces de hacer. Pero nosotros lo veníamos planeando desde aquella ronda de mates en el castillo de Bratislava, donde surgió la idea como cualquier otra, y se fue fortaleciendo rápidamente, hasta que ese mismo día nos decidimos a hacerlo.
Mucha gente nos pregunto porque lo hacíamos, y siempre respondimos que lo vimos en el mapa y nos pareció buena idea hacerlo en bici. A lo largo de este tiempo, hubieron personas que nos alentaron, otras que no tanto, otras que nos trataron de locos, y hasta el taxista croata que nos pregunto si lo hacíamos porque habíamos tomado mucha cocaína.
Las bicis estaban listas, todos los bolsos preparados y bien ajustados para que no se muevan, y lo mas importante, cada una con una bandera cubriendo los bolsos, una la Argentina y la otra la Pirata. Llego el momento de subirse a las bicis, tomar la ruta de la costa rumbo a Dubrovnik y dejar Split atrás, pararíamos en algunas ciudades que ya habíamos visto y nos parecían lindos lugares de pasada, el plan era simple, hacer unos 50 km por día y ver a donde llegábamos.
A lo largo de la ruta nos acompañaron las islas croatas con sus montañas, el mar adriático con su color turquesa y su agua transparente, y además las infinitas subidas de la ruta que hacen cansar los músculos hasta no poder moverlos y dudar sobre el viaje, pero por suerte, siempre vienen acompañadas de bajadas aliviadoras y refrescantes, en donde se disfruta al cien por ciento el paisaje y la ruta.
Así es como después de unas horas, llegamos a Omis, una ciudad que se encuentra en la base de las montañas con grandes acantilados blancos, y un río que desemboca en el mar, allí comimos, descansamos, y nos duchamos en la playa para continuar viaje hacia Makarska, nuestro destino final del primer día, a 60km de nuestro punto de partida.
A Makarska llegamos sin fuerzas cuando estaba oscureciendo, esto nos dificulto la búsqueda de un buen lugar para la carpa, hasta que, hartos de buscar, y sin fuerzas para caminar o andar en bici decidimos armarla al lado de la ruta atrás de un árbol que, si teníamos suerte, nos taparía el sol a la mañana.

No hay comentarios:

Publicar un comentario