jueves, 3 de septiembre de 2015

360 leguas de viaje en bicicleta (2000 kilometros)

Después de ir a los impresionantes monasterios de Meteora, las rutas nos guiaban a Thessloniki, segunda ciudad mas grande del país heleno, la que seria nuestra ultima ciudad griega en este viaje y donde cumpliríamos los 2000 kilómetros pedaleando mas de 1000 km dentro de Grecia, donde conocimos mucha gente, aprendimos parte de la cultura griega (no muy diferente al resto de los balcanes), conocimos muchísimas playas, lugares, ciudades, rutas, y lo mas importante: seguimos sin accidentes!.
A la ciudad llegamos con la seguridad que da saber que vamos a tener una casa. A través de una red social para ciclistas que nos habían hecho conocer en Volos, habíamos encontrado a una persona para hospedarnos.
Fuimos directo a la dirección que nos paso, era en pleno centro, adentro de una galería, subimos hasta el 6to piso y nos dimos con la mala noticia de que esta persona no estaba. Decidimos ir a buscar Internet para ver si había pasado algo y nos encontramos con un mensaje que decía que al día siguiente se iba temprano, como a las 4 am. Eso sumado a que no estaba, nos hicieron cambiar nuestros planes, en algún momento deberíamos buscar un lugar para dormir, pero más tarde. Al empezar a recorrer la ciudad, nos encontramos con una pareja de alemanes, también viajando en bici, descansando en un parque, con ellos nos quedamos hablando un rato hasta que llego la hora en la que debían continuar viaje y nosotros almorzar.
Thessaloniki es una ciudad muy linda, tiene una costanera inmensa en do de toda la gente sale a correr, andar en bici, caminar, tomar algo, o cualquier otra actividad que se les ocurra, esta costanera tiene incontables parques a un lado y al otro el mar Egeo. Si algo le falta a la ciudad es una playa, ya que en la inmensidad de la costanera no hay ninguna playa, ni una entrada al mar!.
A la noche nos encontramos con quienes creíamos era una pareja de argentinos bailando tango, pero mas adelante descubrimos que solo Guille era argentino, de Buenos Aires, la novia era griega pero hablaba español como porteña. Guille es profesor de tango y vive hace 14 años en Grecia, en la época de verano cierra su escuela de tango, no le queda otra que bailar en la calle (y le va muy bien).
Al día siguiente nos levantamos y decidimos que iríamos a Sofia, Bulgaria, porque ya hacia mucho que estábamos en Grecia y estábamos cansados de seguir en el mismo país. La gente nos decía que debíamos ir a Halkidiki, muy conocida por tener 3 "patas" que se meten en el mar Egeo, esta al noreste de Grecia y dicen que ahí están las mejores playas de Grecia continental. Al rato se nos sentó una señora al lado, en unos bancos de la plaza, y nos pregunto de donde eramos y nos dijo que teníamos que ir a Halkidiki, eso sumado a todos los demás que nos lo dijeron y que solo estábamos a 60 km, hizo que la decisión de abandonar Grecia nos dure menos que talleres en la b nacional, cambiamos de planes, Sofia podría esperar.
No solo cambiamos de planes, sino que decidimos ir a la segunda pata, estaba a 90 km de Thessaloniki y la vuelta que queríamos hacer en la pata eran unos 100 km más, bastantes kilómetros para hacer en poco tiempo.
Después de almorzar y encontrarnos con Gabrielle, una chica belga que viaja de Bélgica a Estambul, que a través de facebook habíamos planeado reunirnos en Thessaloniki, partimos hacia el sur.
Halkidiki realmente tiene unas playas hermosas, al menos las que nosotros conocimos, agua transparente como nunca antes vimos, arena fina y muchos arboles.
El primer día paramos en dos playas diferentes y vimos bastantes desde la ruta, el segundo día fue en el que nuestros planes volvieron a cambiar, apareció una montana muy grande en nuestro camino, lo suficientemente grande como para decidir volver a una playa y no hacer la vuelta! En definitiva a Halkidiki íbamos a disfrutar y si seguían habiendo montañas como esa no lo íbamos a poder hacer.
Pasamos el día en la playa y a la tarde nos fuimos de la pata, fuimos hasta la entrada de la primer pata para ya estar mas cerca de Thessaloniki y al día siguiente llegar sin problemas. Sin problemas es lo que nosotros queríamos, pero tipo 2 de la mañana llego una tormenta inesperada, nos hizo salir de la bolsa de dormir y armar la carpa bajo la lluvia, se podrán imaginar que todo quedo mojado.A la mañana siguiente la tormenta seguía dando vueltas y por eso queríamos salir rápido, después de desayunar y ver que tan mojadas estaban las cosas salimos rumbo a Thessaloniki sin mucha suerte, ya que, a los 5 km empezó la lluvia que nos hizo refugiar bajo un puente, ahí estuvimos casi 3 horas hasta que freno y pudimos ir a la gran ciudad.
Con todo esto de la lluvia (en Sofia también llovía y era probable que en la ruta nos agarre la tormenta), la ida a Halkidiki y los demás lugares a los que queríamos ir, nuestro futuro era incierto, calculamos que teníamos que hacer mas de 1200 km en poco días, queriendo disfrutar un poco mas de los últimos lugares del viaje, optamos por tomarnos un colectivo o tren hasta Sofia y ahorrarnos unos kilómetros y sobre todo, unos días.
Averiguamos el tren, salia a las 7 de la mañana y colectivos habían 2, uno a la 1 am y otro a las 4 pm. Como el precio era parecido, elegimos el colectivo de la madrugada y fuimos a la terminal a esperarlo para hablar con el chofer, ya que el decidía si llevaba las bicis o no, básicamente de el dependía si viajábamos o no.
En la terminal estuvimos muchas horas porque la lluvia volvió temprano y nos refugiamos allí, desde que entramos vimos muchísima gente por todos lados, agrupados como por familias en cada rincón de la terminal, la mayoría se notaba que eran musulmanes por las vestimentas. Si bien notamos eso, no pensamos mucho y seguimos con lo que estábamos haciendo, cargando los celulares y escribiendo algo para el blog.
No fue fácil encontrar enchufe, estaba detrás de un cajero automático y por eso nadie lo estaba usando, cuando nos vieron cargando se acercaron varios para que les enchufemos sus celulares, allí me preguntaron a donde íbamos, a lo que le contamos de todo el viaje, como cuando cualquiera nos pregunta, seguidamente le preguntamos a donde iban y de donde eran, como para hablar un rato, su respuesta nos dejo pensando y nos hizo sentir como unos boludos por haberles contado con tanto entusiasmo nuestro viaje, su respuesta fue simple: somos de Siria y vamos a Alemania.

La situación Siria no nos era ajena, hace mas de 4 años que están en guerra civil (dependiendo de que lado se lo vea), con muchos intereses de por medio al punto que son varios los países involucrados, y hay cientos de miles de refugiados. Toda esta gente que veíamos en la terminal eran refugiados, básicamente gente escapando de su país, dejando todo atrás para intentar tener una vida, y nosotros contando de nuestro viaje en bici...
Fue muy raro el momento pero fue solo eso, un momento, luego seguimos hablando un poco y después se fueron con sus familias.
El colectivo no lo pudimos tomar porque el chofer no quiso llevar las bicis, tuvimos que esperar hasta las 7 para tomar el tren, en donde también debíamos hablar con el inspector.
Pasamos varias horas durmiendo en la terminal con los refugiados sirios y tipo 6 nos fuimos, bajo la lluvia, a la terminal de trenes. Llegamos con lo justo para comprar los boletos y subir al tren, el problema nuevamente fueron las bicis, el inspector nos pregunto por el ticket de las bicis (que no teníamos) y le explicamos que en la boletería nos dijeron que podíamos subirlas y no nos dijeron nada de otro ticket, como el tren ya se iba y no llegábamos a ir a la boletería y volver, nos metimos al tren con las bicis, cuando el inspector nos vio, empezó a gritar y, después de un ratito, se apiado de nosotros y nos dijo que las pusiéramos en el ultimo vagón.
Así es como termino nuestra travesía por tierras griegas, para darle comienzo a un nuevo país, Bulgaria!



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